4 excusas para no poner un negocio
A pesar de haber tantas razones para iniciar un negocio, todavía existen personas que se niegan a poner uno.
Estas personas prefieren conseguir o mantener sus empleos antes que iniciar un negocio, y para ello ponen las más diversas excusas.
Veamos cuáles son las 4 excusas más comunes para no poner un negocio, y por qué estas excusas son, efectivamente, simples excusas.
1. Poner un negocio es riesgoso
Una excusa común en las personas para no iniciar un negocio es que poner uno es algo muy riesgoso.
No toman en cuenta que poner un negocio no es nada riesgoso si uno está preparado, encuentra una buena oportunidad, y la estudia y analiza bien antes de aprovecharla.
Y que, además, mantener un empleo puede terminar siendo más riesgoso que iniciar un negocio, ya que en cualquier momento uno podría perderlo.
2. Para poner un negocio se necesita un buen capital
Otra excusa frecuente en las personas para no iniciar un negocio es que para poner uno se necesita contar con un buen capital.
No toman en cuenta que existen infinidad de negocios rentables que no requieren una mayor inversión, tales como algunos negocios que se pueden montar en casa.
O que, en todo caso, siempre existen formas de conseguir el capital necesario, tales como pedir un préstamo, conseguir un inversionista, o buscar un socio.
3. Para poner un negocio se necesita tiempo
Otra excusa recurrente en las personas para no iniciar un negocio es que no tienen tiempo.
No toman en cuenta que es posible iniciar un negocio de medio tiempo sin necesidad de renunciar a sus empleos.
Y que es posible esperar hasta estar convencidos de que sus negocios de medio tiempo serán rentables, para recién entonces dedicarse de lleno a éstos.
4. Para poner un negocio se necesita estar capacitado
Finalmente, otra excusa en las personas para no iniciar un negocio es que no están capacitadas para ello.
No toman en cuenta que muchas personas iniciaron con éxito sus negocios sin tener mayores conocimientos y experiencia, los cuales fueron adquiriendo en el camino.
Y que nunca es tarde para capacitarse, por ejemplo, a través de cursos, libros e Internet, y que siempre existe la posibilidad de buscar asesoría profesional, o la ayuda de algún conocido que nos pueda guiar.