Características de un buen negociador
Las siguientes son algunas de las principales características que se suelen encontrar en los negociadores exitosos, y que nosotros deberíamos adquirir o desarrollar si es que también queremos llegar a ser buenos negociadores y lograr siempre el mejor acuerdo posible.
Se prepara bien antes de una negociación
Un buen negociador sabe que gran parte de una negociación se gana antes de sentarse en la mesa y, por tanto, siempre se prepara bien antes de negociar.
No sólo realiza un análisis de él mismo (sus metas en la negociación, con qué está dispuesto a conformarse, los argumentos y las tácticas de negociación que utilizará, etc.).
Sino que también recopila y analiza información de la otra parte (qué es lo que pretende, cuáles son sus motivaciones, sus alternativas, su forma de negociar, sus fortalezas y debilidades, etc.).
Confía en sí mismo
Un buen negociador confía en sí mismo, pues además de saberse bueno para negociar, se ha preparado bien antes de la negociación.
Sabe que la confianza le permitirá abordar negociaciones difíciles, aunque también sabe que demasiada confianza puede hacerle subestimar a la otra parte, y hacerle ciego al peligro.
Y, por tanto, un buen negociador tiene confianza, pero a la vez es cauteloso (por ejemplo, divulga sólo aquella información que sabe que no puede ser utilizada en su contra).
Asimismo, un buen negociador no sólo tiene confianza, sino que también la aparenta, pues sabe que si la otra parte nota inseguridad en él (por ejemplo, miedo a perder algo), podría querer aprovecharse (por ejemplo, aumentar sus pretensiones o sus demandas).
No muestra necesidad
Un buen negociador no sólo evita aparentar inseguridad, sino que también evita aparentar necesidad por conseguir algo o por ganar la negociación.
Sabe que mostrar necesidad, lo que cual podría equivaler a tener un BATNA (mejor alternativa a una negociación) débil, podría ocasionar que la otra parte quiera aprovecharse, y que incluso trate de que dicho estado de necesidad sea aún mayor.
Y para no tener necesidad, busca constantemente mejorar su BATNA, y permite que la otra parte sepa que está dispuesto a retirarse de la negociación si le exige demasiadas concesiones.
Controla sus emociones
Un buen negociador tiene en todo momento pleno control de sus emociones.
No sólo controla su miedo y su necesidad, sino también su ego u orgullo (por ejemplo, no toma la negociación como algo personal y quiere ganarla a como de lugar).
Pero además es paciente, objetivo (por ejemplo, no se deja influenciar por posiciones partidistas), y no se deja intimidar por poses amenazadoras.
Reconoce el valor de las relaciones
Un buen negociador reconoce el valor de mantener buenas relaciones con la otra parte en el largo plazo.
Sabe que las buenas relaciones le permitirán lograr que su contraparte cumpla con todas sus promesas, y que sea más flexible en una próxima negociación.
Y para ello, durante y después de la negociación, genera confianza, cumple sus promesas, es sincero y comunica las cosas que no podrá cumplir, admite errores, y muestra interés por los intereses de la otra parte.
Es flexible
Finalmente, un buen negociador es flexible y, por ejemplo, cambia su estilo o sus tácticas de negociación durante el proceso, o realiza concesiones que no tenía provisto realizar en caso de ser necesario.
Sabe que una negociación no es un proceso lineal, sino que siempre es posible que en camino surja nueva información, nuevas exigencias, nuevas concesiones, o nuevas circunstancias.
Y, por tanto, siempre está dispuesto a ajustar su rumbo a medida que avanza por el proceso de la negociación.