El outsourcing
El outsourcing, también conocido como subcontratación o tercerización, es una técnica o herramienta de gestión que consiste en la contratación de terceros (otras empresas) para que realicen actividades, funciones o procesos complementarios que no formen parte del giro principal del negocio.
A través de la aplicación del outsourcing transferimos actividades, funciones o procesos a empresas especializadas que puedan hacerlos mejor que nosotros y a un menor costo, logrando así una mayor eficiencia y eficacia.
Pero también, su aplicación nos permite concentrarnos en las actividades, funciones o procesos esenciales que sí formen parte del giro principal del negocio, logrando así una mayor calidad y competitividad.
Algunos ejemplos comunes de outsourcing se dan cuando empresas transfieren a otras actividades tales como limpieza y mantenimiento, búsqueda y selección de personal, seguridad, almacén, publicidad, auditoría, mensajería, etc.
No se suele utilizar el outsourcing para transferir actividades principales de la empresa tales como ventas o producción, aunque sí suele ser común que se transfieran partes de estas actividades, funciones o procesos.
Por ejemplo, una empresa que empaca sus productos en botellas de vidrio, si decide también empacar sus productos en botellas de plástico, para no tener que comprar más maquinas ni tener que cambiar constantemente las líneas de producción, podría decidir encargar la producción de las botellas de plástico a otra empresa.
Existen dos tipos de outsourcing: in house y off house:
- In house: cuando el servicio provisto se realizar dentro de las instalaciones de la empresa, por ejemplo, cuando se alberga personal de limpieza o de seguridad perteneciente a una agencia (la cual es quien se encarga de pagarle todos sus beneficios).
- Off house: cuando el servicio provisto se realiza fuera de las instalaciones de la empresa, por ejemplo, cuando se contrata los servicios de un estudio contable el cual realiza las operaciones dentro de sus propias instalaciones.
Aplicar el outsourcing o subcontratación en nuestra empresa nos permite obtener las siguientes ventajas o beneficios:
- mayor eficiencia y eficacia: al transferir actividades, funciones o procesos a una empresa que los haga mejor que nosotros.
- reducción de costos: al transferir actividades, funciones o procesos a una empresa que los haga a un menor costo.
- mayor calidad y competitividad: al poder concentrarnos en las actividades de valor o en el giro principal del negocio.
- poder liberar recursos que pueden ser utilizados en otras actividades más rentables.
- acceso a la tecnología de terceros sin necesidad de realizar mayor inversión.
El outsourcing o tercerización presenta varias ventajas; sin embargo, también presentas algunas desventajas que debemos tomar en cuenta:
- tener que compartir información junto con la posibilidad de que nos copien.
- pérdida del control sobre la actividad descentralizada.
- mayor dependencia de entes externos.
- en el caso de albergar a personal de otra empresa, posibilidad de que no llegue a haber lealtad hacia la nuestra.
- posibilidad de no llegar a negociar el contrato adecuado o de llegar a hacer una mala elección del contratista.