La iluminación en un negocio
La iluminación es un aspecto importante en un negocio, un establecimiento poco iluminado podría ser una barrera psicológica para el consumidor al momento de decidir ingresar a éste, o podría causar una disminución en la productividad de los trabajadores; y, por otro lado, un negocio demasiado iluminado podría ser una molestia para el cliente o para los propios empleados.
Por otro lado, una iluminación adecuada estimulará al cliente a que ingrese al establecimiento y, una vez dentro, hará que se sienta relajado y, por tanto, más propenso a comprar los productos; y, además, creará un ambiente favorable para los trabajadores, que se sentirán más motivados y, por tanto, serán más productivos.
Por lo general se recomienda que la iluminación de un negocio sea neutra, aunque ello muchas veces dependerá del tipo de negocio, por ejemplo, un restaurante en donde queramos crear un ambiente acogedor podría ser conveniente contar con una iluminación cálida, mientras que un restaurante de comida rápida en donde queramos que el cliente no permanezca por mucho tiempo, podría ser conveniente contar con una iluminación clara y brillante.
Pero además de su carácter funcional, la iluminación cumple también una función decorativa, por ejemplo, el contar con lámparas atractivas y una buena disposición de éstas, podría ser de mucha ayuda en la decoración del negocio, haciéndolo más atractivo para el cliente.
En caso de contar con escaparates o exhibidores, la iluminación debe permitir que los productos exhibidos destaquen, para ello debemos cuidar el sentido en que les llega la luz y tener en cuenta el fondo del escaparate o exhibidor; en el caso de exhibir maniquís con prendas de vestir, debemos saber que las prendas claras destacan con una iluminación clara, mientras que las prendas oscuras destacan con una iluminación cálida.
Otro consejo en el uso de la iluminación en un negocio, es que en el caso de contar con estantes que cuenten con diferentes productos, la iluminación debe ser transversal al sentido del estante, de modo que los productos que se encuentren en la parte inferior de éste, también cuenten con una iluminación adecuada.
Finalmente, cabe resaltar que siempre debemos evitar que el rostro de los clientes reciba demasiada luz, pues ello podría causarles tal molestia que podrían decidir no volver a visitarnos; a menos que el negocio consista, por ejemplo, en un salón de belleza en donde sea necesario iluminar bien al cliente, aunque al hacerlo, debemos procurar que la luz le llegue de manera indirecta y no directamente al rostro.