Lluvia de ideas
Una lluvia de ideas, también conocida como tormenta de ideas o brainstorming, es una técnica de trabajo grupal que consiste en reunir a un grupo de personas con el fin de que generen de manera espontánea la mayor cantidad de ideas posible, y así poder, de entre todas éstas, elegir una o varias que permitan tomar una decisión o resolver un problema.
Realizar una lluvia de ideas nos permite generar ideas de una manera más efectiva que al hacerlo de manera individual, debido principalmente a la cantidad de ideas generadas, así como a la posibilidad de poder posteriormente evaluarlas y seleccionarlas en grupo.
Aunque para que una tormenta de ideas sea efectiva se debe tener como principal regla o requisito el que toda idea propuesta sea considerada como válida, y que no se critique o se juzgue ninguna por más inútil o descabellada que parezca.
En una lluvia de ideas se debe buscar generar la mayor cantidad de ideas posibles, dando prioridad a la cantidad antes que a la calidad, y se debe fomentar la propuesta de ideas originales e inusuales, ya que son a partir de éstas que se pueden generar nuevas ideas asociadas o derivadas.
Por lo que las críticas o juicios podrían bloquear o cohibir al participante y hacer que deje de proponer más ideas, o hacer que tenga cuidado de no proponer ideas que le podrían parecer motivo de crítica o burla, inhibiendo así su creatividad.
Otro requisito importante para una efectiva tormenta de ideas es que ésta se realice en un ambiente tranquilo y distendido, de tal manera que los participantes se sientan cómodos y relajados, y así se estimule su participación y aflore en ellos su imaginación y creatividad.
Veamos a continuación cuáles son los pasos necesarios para realizar una lluvia de ideas:
1. Determinar la necesidad de la lluvia de ideas
En este primer paso se determina el motivo o la razón por la que se va a realizar la lluvia de ideas; por ejemplo, podríamos necesitar realizar una lluvia de ideas para hallar una idea de negocio, encontrar la mejor manera de vender un producto, obtener sugerencias sobre el diseño de un producto, resolver un problema en la empresa, etc.
2. Determinar el lugar de la reunión
La lluvia de ideas debe realizarse en una sala cómoda en donde se pueda dialogar de manera distendida sin interrupciones o distracciones de cualquier tipo. Asimismo, la sala debe contar con una pizarra en donde se escriban las ideas propuestas, o un panel en donde se peguen las tarjetas con las ideas propuestas.
3. Convocar a los participantes
Los participantes podrían estar conformados por trabajadores de la empresa, familiares, amigos, socios, etc. Lo recomendable es que se conforme un grupo heterogéneo, por ejemplo, conformado por trabajadores de diferentes áreas de la empresa. Asimismo, el grupo no debe ser muy pequeño ni muy grande, lo recomendable es conformar un grupo de unos 12 participantes.
4. Presentación y formulación de la pregunta
En esta etapa el moderador o facilitador explica el motivo de la reunión, plantea el problema, define la mecánica que se utilizará, establece las reglas, y finalmente procede a formular la pregunta (de la manera más directa posible) que permita resolver el problema, utilizando palabras como: «¿qué?», «¿cómo?», «¿por qué?», etc.
Algunos ejemplos podrían ser: «¿qué idea de negocio proponen?», «¿cómo podemos vender este producto?», «¿qué arreglos sugieren al diseño del producto?», «¿cómo podemos solucionar este problema?».
5. Formulación de ideas
En esta etapa los participantes proponen sus ideas por un periodo de tiempo determinado (lo recomendables es un promedio de 25 minutos) sin que se permita ningún tipo de crítica o juicio sobre éstas, procurando recoger el mayor número de ideas.
La formulación de ideas puede ser estructurada o no estructurada:
- Estructurada: los participantes proponen sus ideas en orden, por ejemplo, de izquierda a derecha (una idea por turno), pudiendo el participante ceder su turno en caso de no tener alguna idea al momento en que le toque participar.
- No estructurada: los participantes proponen sus ideas sin ningún orden en particular.
Asimismo, la formulación de ideas puede ser hablada o anónima:
- Hablada: los participantes proponen sus ideas de manera oral, las cuales son escritas inmediatamente en una pizarra por el moderador.
- Anónima: los participantes escriben sus ideas en una tarjeta o ficha (una idea por tarjeta), las cuales luego son leídas por el moderador y pegadas en un panel.
6. Evaluación y selección de ideas
Finalmente, con la ayuda de los participantes se procede a evaluar las ideas, descartando en primer lugar aquellas que no vengan al caso o que no valga la pena considerar, y creando así una lista con ideas preseleccionadas, de las cuales finalmente se procederá a seleccionar una o varias.
En caso de no darse consenso para elegir una idea, es posible realizar una votación. Y en caso de no quedar satisfechos con las ideas, es posible realizar una nueva ronda de lluvia de ideas aprovechando las ideas que ya han sido preseleccionadas y que podrían tomarse como referencia.