Cómo tomar decisiones en la empresa
El tomar buenas decisiones es fundamental para el éxito de una empresa. Muchas decisiones podrían no tener grandes consecuencias en la empresa, pero muchas otras podrían significar el éxito o fracaso de ésta.
A continuación veamos un proceso compuesto por seis pasos o etapas, que nos ayudará a tomar buenas decisiones en nuestra empresa:
1. Identificar la necesidad de decisión
En primer lugar debemos identificar la necesidad de tomar una decisión, es decir, debemos identificar una situación en donde se haga necesario el tomar una decisión.
La necesidad de tomar una decisión generalmente se da cuando se presenta un problema u oportunidad.
En esta etapa debemos definir claramente el problema u oportunidad, y asegurarnos de que somos nosotros quienes debemos tomar la decisión o, en todo caso, ver si podemos delegar la toma de dicha decisión.
2. Desarrollo de alternativas
En segundo lugar debemos hacer una lista de alternativas de decisión, es decir, una lista de alternativas que tenemos para resolver el problema, o para aprovechar la oportunidad que se ha presentando.
Para desarrollar estas alternativas, podemos hacer una lluvia de ideas entre todas las personas afectadas con el problema u oportunidad, o proponer nosotros mismos las alternativas, basándonos en la información que tengamos sobre el problema u oportunidad, y en base a nuestra experiencia.
Otra forma de hallar alternativas es analizando las decisiones que hayamos tomado anteriormente, o que otras personas o empresas hayan tomado, y tomar dichas decisiones como guía o referencia para diseñar las alternativas que necesitamos ahora.
Por ejemplo, si queremos hallar alternativas sobre estrategias de marketing que podamos usar, podemos analizar las estrategias de marketing que hayamos utilizado anteriormente, o que hayan utilizado la competencia (hayan tenido buenos o malos resultados).
3. Evaluar alternativas
Una vez que contamos con una lista de alternativas, debemos evaluar cada una de ellas. Para ello debemos analizar bien las ventajas y desventajas de cada una, y considerar las consecuencias que podrían tener en el corto y en el largo plazo.
Otra forma de evaluar las alternativas, es diseñando criterios de decisión, y asignarle un valor a cada uno de acuerdo a la importancia que tienen al momento de tomar la decisión. Por ejemplo, para la compra de una maquinaria, podríamos darle un mayor peso al criterio de «garantías» antes que al criterio de «precio».
Luego asignamos un valor a los criterios de cada alternativa, y tomando en cuenta el peso que le hemos dado a cada criterio, hallamos la alternativa que tenga el mayor promedio.
4. Seleccionar la mejor alternativa
Una vez analizadas las alternativas propuestas, en base a dichos análisis, seleccionamos la mejor alternativa, es decir, aquella que consideramos que nos pueda brindar los mejores resultados al momento de resolver el problema, o al aprovechar la oportunidad.
Para elegir la mejor alternativa, debemos confiar en nuestra capacidad de análisis y en nuestro buen juicio.
5. Implementar la decisión
Una vez seleccionada la alternativa o decisión que vamos a tomar, debemos hacerla efectiva.
Hacer efectiva la decisión, incluye comunicar la decisión a todas las personas afectadas, y hacer que todas ellas la acepten y se comprometan a ponerla en práctica.
6. Evaluar la eficacia de la decisión
Y, finalmente, una vez que hemos puesto en práctica la decisión, debemos hacerle seguimiento, y asegurarnos de que esté dando los resultados esperados.
En caso de que ello no suceda, podemos optar por darle un mayor tiempo para que obtenga los resultados esperados o, en todo caso, debemos ser lo suficientemente responsables como para aceptar que cometimos un error, y lo suficientemente flexibles como para tomar una nueva decisión.
Notas finales
Mientras más importante sea la decisión a tomar en la empresa (por ejemplo, decisiones sobre el lanzamiento de un nuevo producto, sobre la incursión en nuevos mercados, u otras decisiones que podrían tener consecuencias en el rumbo de la empresa), mayor será el cuidado que debemos tener al momento de tomarlas (por ejemplo, podríamos considerar mayores alternativas, recabar una mayor información, tomarnos un mayor tiempo, o realizar un mayor análisis a las alternativas propuestas).
Pero, por otro lado, en ocasiones tendremos que obviar algunas de las etapas del proceso descrito anteriormente, y tener la capacidad para tomar buenas decisiones rápidamente (por ejemplo, en el caso de que sean decisiones cotidianas o rutinarias, o cuando no contemos con mucho tiempo para analizar bien la decisión).
En esos casos debemos evitar el tomarnos tanto tiempo en tomar la decisión, y confiar en nuestra experiencia y en nuestros instintos.
Imagen: silven