Servicio al cliente en pequeñas empresas
Cada vez que una pequeña empresa se ve en la situación de tener que competir con una grande, su reacción natural es entrar en pánico.
Sin embargo, a pesar de que puede ser intimidante competir con una gran empresa, no hay razón para pensar que una pequeña no podría estar en la capacidad para hacer frente a una grande.
Probablemente una pequeña empresa no podría competir en precios o en variedad de productos, pero en lo que sí podría competir es en el servicio al cliente.
Su estructura sencilla así como otras de las características propias de las pequeñas empresas, tales como su cercanía al cliente o su flexibilidad para adaptarse a las necesidades de éste, les permite muchas veces ofrecer un mejor servicio al cliente que las grandes empresas.
De ahí que una de las principales claves para competir con las grandes empresas, y una de las principales claves del éxito de las pequeñas empresas, radique en hacer hincapié en el buen servicio al cliente.
Veamos a continuación algunas formas en que las pequeñas empresas pueden sacar ventaja de su condición de pequeñas, y competir así con las grandes empresas en lo que respecta a ofrecer un buen servicio al cliente:
Brindar una excelente atención al cliente
Las pequeñas empresas suelen estar más cerca de sus clientes que las grandes empresas, lo cual les permite conocerlos mejor y, de ese modo, poder procurarles una mejor atención.
Por ejemplo, pueden llamar a un cliente por su nombre si es que saben cuál es o, al conocer mejor sus necesidades, gustos y preferencias, pueden brindarle un mejor asesoramiento en sus compras.
Ofrecer un trato personalizado
Al estar más cerca de sus clientes y conocerlos mejor, las pequeñas empresas también tienen la ventaja de poder ofrecer una mejor atención personalizada.
Por ejemplo, al conocer las necesidades, gustos y preferencias de un cliente en particular, pueden ofrecerle a dicho cliente un producto o una promoción especialmente dedicada para él.
O, en todo caso, pueden procurar con mayor facilidad que un mismo trabajador atienda a un mismo cliente durante todo el proceso de compra, sin que éste tenga que estar siendo remitido a varios empleados.
Mantener una buena relación con el cliente
Al estar más cerca de sus clientes que las grandes empresas, a las pequeñas empresas también se les hace más fácil mantener una buena relación con sus clientes luego de haberse concretado la venta.
Por ejemplo, se les hace más sencillo llamar a un cliente para saber si está satisfecho con el producto adquirido, enviarle cartas o tarjetas de saludos, o darle un pequeño obsequio por tratarse de un cliente frecuente.
Ser flexibles con los pedidos del cliente
Las pequeñas empresas cuentan con una estructura sencilla que les permite ser más flexibles que las grandes empresas y, por tanto, satisfacer mejor necesidades, gustos y preferencias particulares.
Por ejemplo, pueden adaptarse mejor los requerimientos particulares de un cliente y así, por ejemplo, atender mejor los pedidos especiales que éste les haga, o hacer concesiones especiales cuándo éste las solicite.
Atender mejor las quejas y reclamos
Debido a su estructura sencilla y poco jerarquizada, las pequeñas empresas tienen mayor capacidad que las grandes empresas para atender las quejas o reclamos del cliente.
Por ejemplo, pueden procurar que un mismo trabajador se encargue rápidamente de las quejas o reclamos de un cliente, sin que tenga que estar acudiendo a sus superiores para tomar una decisión o para resolver el problema.