Servicio al cliente en una tienda de ropa
Veamos a continuación algunos consejos que nos pueden ayudar a mejorar la atención o servicio al cliente en nuestra tienda de ropa:
Saludar
El primer consejo se aplica para cualquier tipo de tienda, y consiste en saludar al cliente.
Debemos saludarlo apenas ingrese a nuestra tienda, y mucho mejor si el saludo va acompañado de una sonrisa.
Saber cuándo acercarse
Debemos saber cuándo acercarnos al cliente, debemos evitar presionarlo o incomodarlo, pero, a la vez, no debemos dejar pasar la oportunidad para inducirlo a comprar o para hacerle saber nuestra intención de ayudarlo.
Lo recomendable es no acercársele apenas ingrese a nuestra tienda, sino esperar a que observe por un momento nuestros productos, mantener una distancia prudente, y acercarnos después de un tiempo razonable, o apenas notemos que podría necesitar ayuda.
Actitud de servicio
Al atender al cliente, debemos evitar mostrarnos cansados, desinteresados o molestos y, por el contrario, debemos mostrarnos atentos, serviciales y solícitos.
Debemos mostrar interés en ayudarlo y en procurar su satisfacción.
Ser un asesor
Antes que ser un vendedor debemos ser un asesor, es decir, asesorar al cliente en su compra y recomendarle los productos que podría estar necesitando o buscando.
Pero un requisito para ser un asesor es ser sincero con el cliente, no tratar de vender por vender, sino recomendarle los productos que realmente necesita o busca, por ejemplo, no recomendarle una prenda de vestir que realmente no le queda bien.
Rapidez en la atención
Cuando el cliente nos haga una consulta o nos pida un producto, debemos atenderlo inmediatamente.
No debemos, por ejemplo, ir a buscar el producto que nos ha pedido, demorarnos demasiado, y regresar para decirle que el modelo o la talla que buscaba ya se nos ha terminado.
No abandonar al cliente atendido
Si estamos atendiendo un cliente, no debemos dejarlo por querer atender a otros.
Por ejemplo, si aparecer mucha clientela, no debemos abandonar al cliente que estamos atendiendo, por ejemplo, dejándolo en los vestidores sin avisarle.