Cómo alcanzar la riqueza o la libertad financiera
La siguiente es una guía paso a paso que te mostrará el camino para alcanzar la riqueza o la libertad financiera, basada en la forma en que la mayoría de los millonarios de hoy en día han logrado amasar sus propias fortunas:
1. Generar suficientes ingresos
El primer paso para alcanzar la riqueza o la libertad financiera consiste en generar los suficientes ingresos de dinero como para ahorrar y empezar a invertir.
Cabe destacar que para empezar a invertir no es necesario contar con un gran capital, ya que, por ejemplo, el dinero que nos haga falta podríamos pedirlo prestado, o podríamos obtenerlo al asociarnos con alguien.
Por lo que en este primer paso, no es necesario generar altos ingresos, sino simplemente generar los suficientes como para ahorrar el dinero que nos permita empezar a invertir.
Es posible generar suficientes ingresos a través de un empleo, sin embargo, lo recomendable es hacerlo a través de un negocio propio.
Uno de los pilares para alcanzar la riqueza o la libertad financiera es contar con un negocio propio, por lo que es mejor empezar con nuestro negocio ahora que más adelante.
Además, la mayoría de millonarios de hoy en día, empezaron su camino hacia la riqueza y la libertad financiera a través de un negocio propio.
Al crear nuestro negocio, un consejo es procurar que éste no dependa de nuestra presencia física para poder funcionar, de modo que tengamos tiempo para aprender a invertir, y luego para invertir.
Puede que al principio tengamos que trabajar duro, pero debemos procurar que en el menor tiempo posible nuestro negocio funcione aún cuando nos ausentemos por un tiempo; y para ello, debemos aprender a utilizar el trabajo de otras personas.
2. Gastar lo menos posible
El siguiente paso para alcanzar la riqueza o la libertad financiera consiste en gastar lo menos posible.
Gastar lo menos posible no significa que tengamos que vivir una vida austera o convertirnos en tacaños, sino, significa evitar gastos innecesarios, consumir poco, buscar siempre ofertas y descuentos, comparar bien precios antes de comprar, etc.
Es más, lo recomendable es vivir una vida por debajo de nuestras posibilidades, pero de vez en cuando darnos algunos gustos como para ir fomentando nuestra mentalidad de riqueza y libertad financiera.
Por ejemplo, de vez en cuando ir al mejor restaurante y no dudar en pedir lo que sea, hospedarnos en el mejor hotel, o hacer cualquier otra cosa que haríamos si ya hubiésemos alcanzado la riqueza o la libertad financiera.
Un consejo en este punto es que cuando estemos empezando a generar más ingresos, evitemos caer en la ley de Parkinson que dice que los gastos aumentan siempre en proporción directa a los ingresos.
Es decir, procurar mantener bajo nuestro nivel de gastos, aún cuando nuestros ingresos empiecen a aumentar.
3. Ahorrar para futuras inversiones
El siguiente paso consiste en destinar una parte de nuestros ingresos a una bolsa de ahorros, la cual estará conformada por dinero que nunca gastaremos, sino que solamente utilizaremos para invertir.
Lo ideal es destinar un porcentaje mínimo del 10% del total de nuestros ingresos a esta bolsa de ahorros, aunque si queremos alcanzar la riqueza o la libertad financiera lo más pronto posible, debemos procurar que este porcentaje sea el mayor posible.
Esta bolsa de ahorros destinada a inversiones, debe estar en una cuenta de ahorros en el banco, de modo que no nos sintamos tentados a utilizar el dinero.
Asimismo, debemos procurar cumplir siempre con depositar el porcentaje acordado de nuestros ingresos en dicha cuenta de ahorros, antes de realizar cualquier otro pago, por más urgente que sea o aún cuando pareciera que luego no podríamos cumplir con él.
Es decir, debemos pagarnos a nosotros mismos primero, y no hacer lo que la mayoría de personas hacen, que es pagar primero a todo el mundo (ya sean proveedores, acreedores o gobierno), y luego, si queda algo, recién ahorrar.
Y para pagarnos a nosotros mismos y no caer en la tentación de utilizar antes el dinero, un consejo es automatizar este pago, es decir, procurar que este pago se realice de forma automática sin que tengamos que preocuparnos por él.
Para ello, podemos solicitarle a la empresa en donde trabajamos que deposite una parte de nuestro sueldo en nuestra bolsa de ahorros o, en todo caso, pedirle que deposite todo nuestro sueldo en una cuenta corriente y luego solicitarle al banco que cada mes tome una parte de dicha cuenta y lo destine a nuestra bolsa de ahorros.
En este punto cabe resaltar que además de la bolsa de ahorros destinada a inversiones, también es recomendable tener una bolsa de ahorros para ser utilizada en casos de emergencia, por ejemplo, en caso de perder nuestro empleo, quebrar nuestro negocio, perder nuestras inversiones, o ante cualquier desastre financiero.
Lo ideal es que esta bolsa de emergencia o de seguridad cubra como mínimo los gastos suficientes como para vivir unos seis meses, es decir, si nuestros gastos suelen de ser 1000, lo recomendable es tener una bolsa con un monto mínimo de 6000.
Esta bolsa nos permitirá obtener dinero en caso de emergencia, sin necesidad de tener que tocar nuestras inversiones, pero sobre todo, nos dará la seguridad para seguir con nuestros planes de riqueza.
Asimismo, esta bolsa de ahorros para emergencias también debe estar en una cuenta en el banco, y de preferencia en una cuenta que nos genere algunos intereses, por ejemplo, una cuenta de fondos mutuos conservadora.
4. Empezar a invertir
Una vez que hemos ahorrado suficiente dinero en nuestra bolsa de ahorros destinada a inversiones, o en cuanto detectemos una buena oportunidad, el siguiente paso consiste en invertir, es decir, adquirir algún activo que nos permitan hacer crecer nuestro dinero.
Básicamente existen dos tipos de activos: activos que generan ingresos pasivos, y activos que generan ingresos de capital, veamos el concepto de cada uno de ellos:
- activos que generan ingresos pasivos: son activos que nos generan un ingreso constante de dinero (flujo de dinero) sin que tengamos que trabajar activamente en ellos; ejemplos de activos que generan ingresos pasivos son: acciones que generan dividendos, propiedades en alquiler, negocios en donde no tengamos que involucrarnos personalmente para que funcionen, derechos de autor de libros, música o software, derechos por franquicia, etc.
- activos que generan ingresos de capital: son activos que con el tiempo aumentan su valor, y que al venderlos nos generan una ganancia; ejemplos de activos que generan ingresos de capital son: acciones, obligaciones, letras del tesoro, divisas, propiedades en venta, negocios en venta, fondos de inversión, etc.
Para empezar a crear riqueza y lograr la libertad financiera, tenemos que ir adquiriendo activos que nos generen tanto ingresos pasivos como ingresos de capital (sobre todo activos que nos generen ingresos pasivos); y con el dinero ganado, ir adquiriendo más activos, hasta llegar a acumular la mayor cantidad de activos posibles.
En este punto cabe resaltar que no basta con elegir un activo e invertir en él, sino que es necesario analizarlo bien antes de invertir (pero sin llegar al exceso), buscando siempre los activos que nos brinden la mayor rentabilidad, y que nos permitan recuperar nuestro dinero y luego ganar dinero en el menor tiempo posible.
Otro consejo es que para invertir en algún activo no es necesario que contemos con mucho dinero, si necesitamos más capital para adquirir alguno, debemos saber usar el dinero de otras personas, ya sea pidiendo dinero prestado o asociándonos con otras personas en quienes confiemos y que conozcamos bien.
5. Crear portafolio de inversiones
Una vez adquirido nuestros primeros activos, la ganancia obtenida por éstos, debe ser reinvertida o ser usada para la adquisición de nuevos activos.
Por ejemplo, si hemos invertido en algún activo financiero que nos genere intereses, el dinero ganando, debe ser reinvertido y así obtener el efecto del interés compuesto (intereses sobre capital más ganancia).
O, por ejemplo, si hemos invertido en algún negocio, el dinero ganado puede ser reinvertido en el negocio y así hacerlo crecer, o ser usado para adquirir nuevos activos, por ejemplo, para ser invertido en acciones.
La idea es adquirir la mayor cantidad de activos posibles; mientras más activos poseamos mayor será nuestra riqueza y más rápido alcanzaremos la libertad financiera.
Pero al ir adquiriendo nuestros activos, es necesario saber diversificar, es decir, no poner «todos los huevos en una sola canasta»; no poner todo nuestro dinero en un solo activo o un solo tipo de activo, sino distribuirlo entre varios de ellos.
Al diversificar evitamos el riesgo de perder nuestro dinero en caso de que algún activo no obtenga buenos resultados; por ejemplo, si invertimos todo nuestro dinero en un negocio y éste quiebra, podríamos perder todo nuestro dinero, algo que no sucedería si además de nuestro negocio, hubiéramos invertido también en otros activos.
Debemos diversificar en tipos de activos, por ejemplo, invertir una parte de nuestro dinero en negocios, otra en bienes raíces, y otra en fondos mutuos; pero también diversificar dentro de un mismo tipo de activo, por ejemplo, no invertir todo nuestro dinero en acciones de una sola industria o compañía, sino de diferentes.